No sé si han escuchado de la Historia del Elefante Sumiso; de aquel animal que estando encadenado de una pata a una insignificante estaca clavada superficialmente, no hace nada por liberarse. Pero ¿Por qué no escapa? ¿Por qué no es libre como los otros elefantes? Porque le pasa lo que a muchos de nosotros cuando estábamos pequeños. A este elefantito lo tenían atado de la pata con una cuerda y el que quería ser libre, jalaba y jalaba. Se lastimó la piernita, le sangro y ya después le salió un callo, no solo en la pata sino también en la cabeza. A punta de decir "no puedo" , ¡ya no puede! Y así hay jóvenes que llegan a ser adultos y "ya no pueden”. ¿Por qué? porque desde chiquitos estuvieron escuchando todos los días: eres un bruto, eres la vergüenza de la familia, eres un malcriado, siempre te reprueban... ese Joven, ya de adulto, es como el elefante: a determinada hora sale a trabajar, da las vueltas que tiene que dar, ni una más, ni una menos, mueve la trompita, termina lo suyo y alguien se lo lleva a la paja y le trae de comer. Así son muchos empleados que nada mas hacen lo esencial.
¿Qué deben hacer? que el objetivo de hoy sea ser feliz y disfrutar lo que hacen. Prepárense para que su objetivo de vida no sea que den las cinco de la tarde. ¡Qué triste! Así, hay padres de familia, maestros, empresarios, que todos los días crean fracasados. Pero también hay maestros, padres de familia, empresarios y jefes que todos los días crean triunfadores. Es muy diferente, créanme, trabajar así. Debemos cambiar la mentalidad de la gente.
Tenemos una obligación con el Perú. ¿Por qué no crean sus propias empresas? pero no se imaginen su primera empresa con dos hectáreas de largo. ¿Cómo empezaron todos los empresarios? Pues tenían capital, dirán. ¡No es cierto! Pues existen muchos israelíes, españoles, japoneses, chinos que llegaron a esta nación con una mano adelante y otra atrás, sin amigo, sin conocer el idioma ni las costumbres, pero con fe en si mismos y en el Perú, y que trabajaron, y ahora son los empresarios de esta nación.
Pero, ¿qué pasa en el pueblo? Vean ustedes, cuando toca un feriado el día jueves, el gobierno lo declara feriado largo, según dicen que es para impulsar el turismo del país. No es más que impulsar la pereza, el baile, el ocio, ya que las universidades y/o colegios se pierden prácticamente 3 días de clases, y que decir para los trabajadores del estado que ya regresan a sus labores la próxima semana, y de igual forma reciben su salario, como si hubiesen trabajo. ¿Y los chinos, los israelíes? Abren desde las cinco de la mañana sus panaderías, hasta las diez de la noche sus centros comerciales. ¿Y las empresas privadas? Trabajan y trabajan. Nosotros no, pues es feriado largo y estamos estresados por eso debemos descansar.
¿Cuanto retira los grandes empresarios en estas ocasiones? ni un solo centavo. Así es como las empresas Japonesas crecen, hasta que cumplen veinte años, no se retira dinero ni capital. Sino como creen que el famoso grupo AJEGROUP, de los Añaño, crece cada día más, porque ellos reinvierten y reinvierten, y no se gastan las utilidades. Es un ejemplo a seguir, ellos son como los japoneses y ahora son peruanos exitosos.
Y quiero que entiendan, futuros empresarios, que cuando los jóvenes están aquí en la universidad pensando "que vamos a hacer", es como el enamoramiento. Cuando hacen el plan de negocios, es la concepción. El embarazo, cuando construyen la fábrica. Y cuando la inauguran, el nacimiento. Después ya tienen un bebito. Dentro de los tres primeros años tiene que cuidarlo a diario, con el único objetivo hacerlo crecer. Pero en el Perú, un alto porcentaje de las empresas nuevas, quiebran en los dos primeros años, por dos razones principales, la primera; el de trabas y sobornos por parte del gobierno; y la segunda y mas dada, Porque los papás de las empresas quieren que el bebito es ponga Automóvil último modelo, que les dé aire acondicionado, muebles de caoba y una secretaria rubia de minifalda.
Después viene la adolescencia, y al fin llegan a ser adultos. Es cuando las empresas japonesas empiezan a repartir utilidades a los socios. Pero en nuestra nación quieren hacerse ricos al segundo año con esa empresa que van a poner. Váyanse a veinte años de plazo, inviertan todo lo que ganen, denle todo a ese hijo que es su empresa y verán cómo crece. Verán como se hace adulto. Y seguro se preguntaran ¿y de qué vivimos? . Pues pueden designarse un salario, pero no la desangren.
Quiero Terminar con un cuento bien conocido. Había un bosque en el que vivían muchos animalitos. De repente se desató un incendio y todos salieron corriendo. Todos menos un gorrioncito que fue al río mojo las alitas, voló sobre el bosque en llamas y dejo caer una gota de agua, tratando de apagar el fuego. Volvió al río, mojo las alitas, voló sobre el bosque y dejo caer algunas gotas. Un elefante que pasaba le grito:
¡No seas tonto! ¡Huye como todos! ¿No ves que te vas a chicharrar?
El gorrioncito se volteó y le dijo:
Este bosque eme lo a dado todo: mi familia, mi felicidad, y la tengo tanta lealtad que no me importa morir, pero voy a tratar de salvarlo.
Fue al río otra vez, mojó las alitas y revoloteó sobre el bosque, dejando caer una o dos gotas de agua.
Dios se compadeció de él y dejo caer una gran tormenta que apagó el incendio. El bosque reverdeció y todos los animales regresaron y volvieron a ser felices, mas que antes.
Jóvenes universitarios, yo comparo a este bosque con el Perú. Tal vez estemos en un gran incendio, en una crisis política, social económica y moral, pero yo les pido que todos los días dejen caer una o dos gotas de sudor y de trabajo: si así lo hacemos, el país se los agradecerá y Dios los bendecirá.
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